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Bernabe Abraham – Ayotzinapa

Bertha Nava – Ayotzinapa

Omar García – Ayotzinapa

Lambertino Cruz – Ayotzinapa

Armando García Hernández – Ayotzinapa

Cruz Bautista – Ayotzinapa

Mario Luna llamada telefónica – Tribu Yaqui

Por Radio Zapatista
Entrevistas en realizadas en el Cideci/Universidad de la Tierra Chiapas, al final del Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo.
Platicamos con Salvador Campanur Sánchez, del pueblo purépecha de Cherán, Michoacán, del Congreso Nacional Indígena, quien explica el sentido de esta gran compartición:

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Rosa Elba Jiménez Gutiérrez y una de las autoridades de la Tribu Yaqui hablan sobre las formas de lucha y resistencia ante el despojo y la violencia que se viven en el país:

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Evaristo Domínguez Ramos, de Santa María de Ostula, Michoacán, nos habla de la problemática en la comunidad:

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Silvia Marcos y Jean Robert nos dan un balance del 2014, tanto en términos de muerte y represión como de resistencia y construcción:

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Le planteamos también, a algunos de los participantes, una sola pregunta: “Después de las comparticiones en Xochicuautla, Amilcingo y Campeche, después de escuchar los diferentes dolores y rabias vividos por los pueblos de México y de otras partes del mundo, y también las diferentes formas de lucha y resistencia, ¿qué se llevan de este Festival?”

  • José Luis Fernández – Comunidad de Xochicuautla:
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  • Rosa Elba Jiménez Gutiérrez y autoridad de la Tribu Yaqui:
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  • Representante del pueblo coca de Mezcala:
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  • Juan Enrique Bobadilla, Unión de Pueblos y Comunidades Purépechas del DF:
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Finalmente, van aquí los sonidos de la clausura del Festival:

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Hermanas y Hermanos del Congreso Nacional Indígena
Compañeros y Compañeras de la Sexta Nacional e Internacional

Queremos hacer de su conocimiento, que tras finalizar los trabajos del Primer Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas,  los delegados y delegadas iniciaron el camino de retorno hacia sus comunidades y lugares de origen. Desde Puebla y en el Distrito Federal los camiones del CNI fueron hostigados por policías de tránsito, policía federal e individuos vestidos de civil, aparentemente militares.

Posteriormente, aproximadamente a las 20:00 horas,  trescientos metros después de la caseta de Salamanca, Guanajuato, individuos desconocidos apedrearon el parabrisas del camión en el que viajaban los compañeros del CNI rumbo a Guadalajara. Hasta el momento no se reporta ningún compañero herido. En dicho camión viajaban los delegados y delegadas indígenas de los pueblos, comunidades y tribus de Azqueltán, Cherán, Ostula, Wirrárika, Yaqui, Guarijío, Tuxpan, Ayotitlán y Comachuén. Varios de ellos autoridades y gobernadores de sus Comunidades y Pueblos.

Esta cobarde agresión por parte del mal gobierno, nos muestra su miedo, de ellos a nosotros los de abajo y a la izquierda, que desde nuestras comunidades y pueblos, ciudades y países, confluimos en el Festival para juntarnos, escucharnos y compartir nuestras resistencias, rebeldías y nuestros dolores, con otros muchos que también resisten y se rebelan, para así multiplicar nuestras resistencias y rebeldías, y hacer más nuestro ese dolor de quienes nos faltan.

Hacemos un llamado a estar atentos ante próximas agresiones y esperar la llegada con bien de todos los delegados y delegadas del Festival a sus lugares de origen.

NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTROS

A 4 de enero de 2015

Congreso Nacional Indígena

ESCUCHA LAS ENTREVISTAS EN AUDIO DURANTE LOS DÍAS 2 Y 3 DE ENERO EN CIDECI

La apuesta es por la construcción de autonomías posibles de los pueblos.

Foto: Mario Marlo/Somoselmedio.org

Sábado 3 de enero se realizó la clausura del Primer Festival de las Resistencias y las Rebeldías Contra el Capitalismo en la Universidad de la Tierra (CIDECI). El auditorio estuvo lleno, los lugares fueron insuficientes, se tuvieron que implementar otras dos salas para que las diferentes organizaciones, colectivos e individuos pudieran escuchar las palabras finales.

La actividades comenzaron alrededor de las 11 de la mañana, el primer bloque se compuso por dos comparticiones, la primera fue la lectura de un breve comunicado que llevaba la palabra de los pueblos de San Miguel Canoa y San Bernardino Chalchihuapan, ambos en el estado de Puebla, el documento denunciaba al gobernador de la entidad, Rafael Moreno Valle de legalizar el saqueo y los proyectos de muerte, además de reprimir y encarcelar a quienes se oponen a ello y defienden la identidad y autonomía de los pueblos indígenas en el estado, siendo el caso de Jairo Javier Montes Bautista y Raúl Pérez Velázquez, presos políticos del gobernador. También denunciaron que los habitantes de dichos pueblos no pudieron estar presentes en el festival puesto que pesan sobre ellos amenazas contra su integridad así como de invasión a sus comunidades “tendemos nuestro brazo solidario y pedimos su solidaridad”.

También se leyó la palabra de los padres de la guardería ABC, que si bien no pudieron estar presentes, hicieron un llamado de unidad de “todos los que han sufrido la incompetencia de las instituciones” el comunicado continuó con un mensaje de solidaridad y lucha conjunta a los pueblos en resistencia, sobre todo a los padres de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa:

“…compartimos con ustedes la inquebrantable esperanza de encontrar sanos y salvos a nuestros 42 estudiantes desaparecidos, desde Sonora no somos indiferentes ante la barbarie cometida en contra de nuestros estudiantes por parte de aquellos a quienes supuestamente debemos confiar la seguridad y bienestar de nuestros seres queridos, sabemos lo que es la angustia de la inalcanzable búsqueda de nuestros hijos, sabemos el dolor de la incertidumbre, sabemos el dolor de imaginar por lo que debieron haber pasado […] es difícil exigir justicia al gobierno cuando este es el responsable, tan paradójico suena que un Estado se condene a sí mismo…”

Luego de las intervenciones, se dio paso a una larga ronda de propuestas, muchas de ellas emanadas de los ejemplos de otras luchas a nivel local e internacional, así como de las reflexiones realizadas durante las comparticiones a lo largo del Festival Mundial de las Resistencias y Rebeldías Contra el Capitalismo y otras que “no pudieron estar presentes”.

Aproximadamente a las 14:30 hrs se dio un receso para comer, al filo de las 16:00 hrs se reanudaron los trabajos, se agregaron tres espejos más a los 30 que asumidos en la compartición “Compañero David Ruíz García” en agosto del año pasado, los nuevos espejos son el de las desapariciones, encarcelamientos y asesinatos del mal gobierno contra los que luchan, luego siguió el bloque que correspondía a las conclusiones:

“no se trata que saquemos de aquí un gran programa de lucha nacional, mundial e intergaláctico, disculpen a los que se van decepcionados porque esperaban una receta pero no hay fórmulas mágicas que cambien el mundo, la lucha no puede ser de una manera porque nosotros no somos de una sola manera, ustedes nos dicen que no hay que dejar que se hagan las elecciones o llamar a no votar, pero entonces en tres años vamos a estar igual pensando lo mismo, para nosotros los pueblos originarios eso ya no es tema, porque nosotros estamos trabajando por la autonomía y ese es el llamado que estamos haciendo”

Concluyó el Festival con el acuerdo por parte del CNI de llevar a los padres de Ayotzinapa a sus comunidades, el de La Sexta internacional de organizar una caravana fuera del país con ellos y finalmente se reiteró la necesidad de construir organización fuera del sistema capitalista, es decir, apostar al camino de abajo y a la izquierda, el camino de las autonomías posibles tanto en el campo, en la cuidad y en todos los aspectos posibles; la educación, la salud, la comunicación, la alimentación, entre otros, “esa es la tarea y el camino para todos quienes queremos una sociedad justa”.

Entre aplausos, consignas y con el himno zapatista de fondo se dio fin al Festival, con las tareas que delegados y asistentes se llevan a sus diferentes geografías y con la promesa de volverse a encontrar en una segunda edición y construir ese otro mundo posible y otra justicia “ejemplares hay que ser y seguir nuestras consignas; que vivamos por la patria o morir por la libertad”.

por: Hijxs de la tierra

Casi mil personas de distintas procedencias se reunieron desde las 11 de la mañana en el auditorio principal del CIDECI para continuar con la última compartición del Festival de las Rebeldías y Resistencias. El programa del último día del encuentro, contó con los puntos más complejos de todos: propuestas y conclusiones. Aún así, también hubo tiempo para escuchar y recibir el mensaje de varios compañeros que están en lucha. Cartas como la escrita por el Movimiento Cinco de Julio, creado a raíz de la tragedia en la guardería ABC, llamadas de compañeros presos como el tsotsil Alejandro Díaz Santis o un compañero loixicha, un pronunciamiento de los medios libres y la despedida de la comitiva de Ayotzinapa.

ABC desde sonora

Los compañeros del Movimiento Cinco de Julio, fecha en que pasó la tragedia en la guardería ABC en el estado de Sonora, hicieron llegar una carta a todos los asistentes del festival. En ella se refirieron directamente a los familiares y compañeros de Ayotzinapa y expresaron: “Sus hijos son nuestros hijos, nuestros hijos son sus hijos”, ya que según relataban todos los hijos habían sido víctimas del mismo aparato estatal que es asesino y pretende ocultar la verdad y perpeturar las injusticias. En su pronunciamiento de solidaridad con los compañeros normalistas ofrecieron Sonora como una posible sede para el próximo festival, mostrando así su solidaridad a la vez que haciendo un reclamo para que no se olvidara a las gentes del norte del país.

Voces desde las rejas
A lo largo de la compartición, se tuvo la oportunidad de recibir las llamadas de los compañeros Alejandro Díaz Santis, reclutado en el Cerezo nº5 de Chiapas, y de un compañero loixicha que se encuentra en un reclusorio de Oaxaca. Ambos dieron un cálido saludo a todos los participantes del Festival, al EZLN, al CNI, a la Sexta nacional e internacional y especialmente a los familiares y compañeros de la normal de Ayotzinapa. Alejandro Díaz, Solidario de la Voz del Amate y adherente a la Sexta, es uno de los compañeros que acompañó a Alberto Patishtán en su lucha desde dentro de los reclutorios. Alejandro insistió en la importancia de unir nuestras voces para combatir al mal gobierno porque “las autoridades son más fuertes y violan nuestros derechos”.

Medios libres o como se llamen

Entre las diversas propuestas, los compañeros de los medios libres o como se llamen, lanzaron un comunicado dirigido a todos los pueblos originarios en lucha y al CNI. Con él reafirmaron su compromiso de seguir ejerciendo su responsabilidad de dar a conocer las voces de los diferentes procesos de rebeldía y resistencia a lo largo de todo el país. Pero a la vez insistieron en la necesidad de que cada pueblo o comunidad en lucha generara sus propias herramientas de comunicación y designara a delegados que se pudieran comprometer a llevar a cabo estas tareas con la ayuda, seguimiento y capacitación de los medios libres ya existentes. Para finalizar confesaron que los medios libres se sienten parte de la lucha, los movimientos y los procesos, y que por tanto, lo importante era encontrarse en ellos y seguir construyendo herramientas comunicativas de acuerdo con las necesidades de cada pueblo o comunidad.

Los familiares y compañeros de la normal rural de Ayotzinapa se despiden

Los familiares y compañeros de los normalistas de Ayotzinapa al mediodía anunciaron su necesidad de partir del festival y lanzaron un mensaje a todos los asistentes. Con sus palabras agradecieron profundamente la atención de todos los participantes y reiteraron su disculpa “por gozar de privilegios y preferencias”, refiriéndose claramente al espacio que durante todo el festival el EZLN les cedió. “Nosotros no queremos estar aquí, esto es solo una respuesta conjunta frente a los hechos del 26 de Septiembre”, argumentaron. Con sus palabras, explicaron la importancia del proceso que los familiares y compañeros de la Normal Rural guerrerense han vivido a lo largo de los últimos tres meses. “En este proceso hemos adquirido una basta experiencia en organización, hemos hecho nuevos contactos que serán cruciales en este año 2015”, relató uno de los jóvenes normalistas mientras expresaba una clara intención de seguir con la lucha a lo largo del año venidero. De igual forma, invitaron a los adherentes a la sexta tanto nacional como internacional a participar en la Asamblea Popular Nacional para diversificar las propuestas y para ser capaces de llegar a más personas. En su despedida, los guerrerenses obsequiaron al CNI con una manta como símbolo de todo lo que han compartido y expresaron: “Compañeros, es un honor ser compañeros de vosotros”. Ante ello los asistentes aplaudieron fuertemente, levantándose de sus sillas y lanzando gritos de solidaridad hacia los compañeros de Ayotzinapa. El momento de euforia finalizó con el recuento de los 43 estudiantes desaparecidos.

Propuestas desde abajo y a la izquierda

Las lineas generales reflejaban un paradigma común de construir un nuevo mundo fuera de las injusticias del capitalismo. Por tanto muchas propuestas trataban de impulsar nuevas formas de hacer en todos los ámbitos de la vida. Crear nuevas formas económicas, haciendo uso del intercambio y del trueque, pero también hacer boicot a todas las empresas que hostigan y despojan a los pueblos originarios. Repartir el conocimiento de las tecnologías alternativas y autónomas para cuidar el medio ambiente y ser autónomos de manera energética. Volver a los sistemas de salud tradicional, concebir a las personas que padecen diversidades funcionales mentales o físicas de una forma más inclusiva y llevar a cabo nuevas metodologías educativas. Poner atención a la desigualdad de género y dotar de importancia a las dificultades, discriminaciones y atentados que sufren las mujeres en el país. Y también propuestas en la ciudad, como la recuperación de espacios públicos o la siembra en zonas verdes, así como el establecimiento de una relación más próxima con el campo.

Entre la diversidad de las voces, muchas de ellas, provenientes del campo expresaron una gran preocupación por la pérdida del valor y la cultura de la tierra y las tradiciones. Por ello lanzaron consignas claras, como el ejercer la lucha desde las comunidades para mantener los territorios, ejercer usos y costumbres, resguardar los lugares sagrados y recuperar los gobiernos tradicionales.

Concretamente, muchas de las personas que se expresaron públicamente remarcaron la idea de desconocer a los malos gobiernos, de no prestar atención a los procesos electorales y de dedicarse a “los hermanos de organizaciones, religiones sindicatos y demás, siempre y cuando no tengan vínculos con los partidos”.

Pero en el estrado tampoco faltaron propuestas concretas de organización o de movilización a todos los niveles. Algunos modelos de organización territorial en base a asambleas o espacios de coordinación en barrios, municipios, escuelas, comunidades, estados o el país entero. Otras propuestas de medios para poder coordinarse y comunicarse, como listas de correos, encuentros, nuevas comparticiones, jornadas y festivales. Y todo un sinfín de posibles movilizaciones y actividades repartidas a lo largo de todo el territorio para resistir o rebelarse a temáticas dispares.

Son las once de la mañana y el auditorio donde se celebrará la ceremonia de inauguración ya está abarrotado de gentes. Mientras, centenares de personas disfrutan de un cafecito bajo el intenso sol de invierno de San Cristóbal de las Casas a la espera de que inicie la última compartición del Festival Mundial de las Resistencias y Rebeldías contra el Capitalismo. Y el CIDECI, lugar donde se celebra el evento, luce alegre, lleno de mantas de colores, tiendas de campaña por doquier que alojan a los participantes de la caravana del festival y numerosos puestos de comida, artesanías, libros y material gráfico.

Dentro del auditorio, el primer nivel de gradas está repleto de sombreros de campesinos de distintas partes del país. Es la zona reservada a los miembros del CNI. Y en el resto de niveles, integrantes de La Sexta, participantes de la caravana del festival y tantos otros curiosos que no quisieron perderse las palabras de los participantes del festival. En los alrededores, cámaras por doquier, celulares, tabletas y libros ansiosos por difundir los mensajes del evento.

En primera linea y de cara al público, padres y compañeros de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Pero también delegados y representantes de los decenas de pueblos originarios. El primero en participar es el delegado José Luis Hernández que da la inauguración de las comparticiones en el CIDECI, Chiapas, a las once con cincuenta y seis minutos. “Traemos la palabra de donde venimos y los lugares donde hemos estado”, explica. A continuación el delegado comparte algunas de las cifras de las personas registradas en festiva. 1300 delegadas y delegados de 28 pueblos y 20 estados del país, 2904 participantes de La Sexta nacional e internacional, 736 personas internacionales de 42 países del mundo y un total de 2178 nacionales de todos los estados registrados.

Ayotzinapa presente

Siguiendo la tónica del resto de comparticiones, los padres, familiares y compañeros de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa toman la palabra. En primer lugar Berta Navas, madre de uno de los estudiantes desaparecidos, describió con lágrimas en los ojos a su hijo, un estudiante muy humilde y trabajador. “Su único vicio era ser un maestro para venir a las comunidades como las de los compañeros”. La mujer, continuó hablando sobre la represión que sufren los maestros de las escuelas rurales: “Este gobierno no quiere gente preparada que lleve a las comunidades un mensaje”. Pero su discurso, sobretodo se dirigió a todas las personas que han estado apoyando a los padres de los normalistas a lo largo de la búsqueda durante estos últimos tres meses. “De corazón a todas las personas que nos han recibido en sus comunidades muchas gracias, porque a mi nunca me han tendido la mano”. Y especificó refiriéndose las intervenciones de los familiares de Ayotzinapa en el festival de año nuevo en Oventic: “Fue un honor que nos dijeran que hablábamos en su lugar, fue el mejor honor que he recibido. Yo me siento pequeña ante todas estas personitas, y les pido que nos apoyen hoy y siempre. Para concluir, Berta Navas exclamó: “Que a nadie más le falte un hijo, que a nadie más le falte una familia”.

Cruz bautista, padre de otro de los normalistas desaparecidos, prosiguió a la intervención de Berta. Con sus palabras explicó cómo su familia se enteró de la desaparición del joven a través del periódico y apeló a todos los asistentes a compartir los sucesos: “Esperemos que con ayuda de ustedes esta información llegue a los barrios más pobres del país para que se den cuenta de las anomalías que hace el gobierno para desaparecer a personas que se manifiestan en su contra”.

A continuación, Bernabé Abraján, padre de Adán Abraján de la Cruz, conmovió con sus palabras a todo el auditorio y consiguió arrancar lágrimas a varios de los asistentes. Su voz desgarrada recordó, públicamente, que hoy dos de febrero, sería el cumpleaños de su hijo desaparecido. “Nosotros hubiéramos querido estar compartiendo en este día su aniversario con todos sus familiares” alegó. Su voz, llena de rabia y sentimiento adivirtió claramente: “Hoy me doy cuenta que no solo es el estado de guerrero, todos los estados tienen problemas con el gobierno”. Y añadió: “Hoy nosotros vamos a hacer justicia, a través de que nos organicemos todos unidos”.

Óscar García, hermano de Abel García Hernández, se dirigió al público explicando la difícil situación familiar que vive. “Mi mamá no puede hablar en español, solo en mixteco, por eso yo estoy aquí”. El joven continúa explicando como su mamá le pide que vuelva a casa, pero él “prefiere estar aquí luchando para volver a ver a su hermano”. Abel García Hernández quería ser maestro bilingüe, y su hermano, el que ahora habla en el CIDECI, quería ser militar pero explicó que ya no, que no quiere formar parte del narcogobierno. Como él, también Lambertino Cruz, padre de un normalista desaparecido, también agradeció a los asistentes su presencia y pidieron apoyo a todos los reunidos.

Para finalizar, Omar García, estudiante normalista recordó: “Nuestra historia tienen que ver con la resistencia y la rebeldía por construir un mundo distinto y para nosotros es un honor estar aquí en el CIDECI”. Y añadió: “No abrimos los ojos el 26 de septiembre, ya los teníamos abiertos”. Para finalizar explicó una anécdota sobre la despedida que tuvieron con el Subcomandante Moisés: “Le expresamos que también queríamos autonomía en las rurales y nos dijo que hasta no ver no creer”. El estudiante concluyó de la siguiente manera: “Asumimos que con el coraje y la determinación de miles de personas en todo el país eso será posible”.

La ceremonia de inauguración finalizó con un presente que la escuela Autónoma Emiliano Zapata de Huixtipec entregó a los familiares y compañeros de Ayotzinapa. Éstos leyeron un poema en Nahuatl que habla acerca de los normalistas desaparecidos y entregaron una pintura que les ha acompañado durante todo el festival y simboliza una virgen con varios símbolos naguats.

Mario Luna, preso político yaqui, en directo

Entre las diversas intervenciones de los familiares de los normalistas de Ayotzinapa, se tuvo la oportunidad de escuchar en directo a Mario Luna, preso activista del pueblo yaqui. El compañero, expresó desde el Cerezo 2 de Hermosillo que “estemos donde estén seguimos firmes”. En referencia al mal gobierno, explicó que “Están esperando dejar caer en el olvido nuestra esperanza”. Además lanzó un mensaje de esperanza: “Podemos llegar a una forma de gobernarnos diferente a la de los políticos”.

escrito por: Hijos de la Tierra

Fotos de: imagenarte, Somos el medio, Subversiones, Abejas de Acteal, komanilel, Piratas x tierra mojada y Radio Zapatista

En colores nos bordó Ramona
http://mujeresylasextaorg.files.wordpress.com/2007/10/bordado-de-ramona-en-la-garrucha1.jpg
San Cristóbal de las Casas, Chiapas. 3 de enero de 2015.
Eugenia Gutiérrez. Colectivo Radio Zapatista.

 

La visión de la comandanta
Si Ramona pudiera ver los frutos de lo que sembró, cuánto vería. Si escuchara la firmeza con que habla el Congreso Nacional Indígena que ella fundó, en cuántas palabras se reconocería. Todos los colores del bordado en que imaginó a cada adherente de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona pasarían de nuevo frente a sus ojos.

La fase Chiapas es la última parada del Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo, “donde los de arriba destruyen, los de abajo reconstruimos”, pero se siente más como salida que como llegada. De Oventic a Jovel, miles de personas indignadas ensayan sonrisas nuevas para el año que comienza y el trabajo que falta. Ya sea en el caracol tzotzil-tzeltal o en la Unitierra mestiza, las sillas vacías de estudiantes normalistas están ocupadas por compromisos de articulación en serio. Los brazos de sus familiares en lucha no se cansan de cargar sus fotografías, pero tampoco se cansan de saludar, de abrazar, de aplaudir ideas. Faltan tres días para el noveno aniversario del fallecimiento de la comandanta, dolorosamente anunciado por el Sup Marcos en Tonalá cuando arrancaba la otra campaña. Nueve años y muchos agravios después, la Sexta nacional e internacional se perciben hoy más compañeras que nunca mientras se hermanan con el CNI.
 

El cambio de año

En Oventic baila hasta la niebla. Sube, baja, vuelve y se aleja. Nos tapa la luna, nos la muestra. Nos oculta de los demás y nos descubre a su antojo. Ella manda, pueblo obedece. Entre miles de bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional de rostro uniformado en negro, cabelleras abundantes o escasas de todos los colores brincotean sobre una cancha de básquet a ritmo de quebraditas, corridos y cumbias hasta llegar a un cover rebelde y cortito de Mi chica de humo. Se le canta mucho al Sup Pedro. Se le baila al maestro Galeano. “Se acaban muy rápido las canciones”, se quejan los bailantes. Burla de mi pueblo, Los neoliberales, Esperanzas del mañana, cualquier letra revolucionaria se disfruta formando trenecitos y víboras de la mar. Todas las edades, muchas lenguas, una sola convicción libertaria. “¿Ya se cansaron?”, preguntan Los originales de San Andrés para picar a su público. La respuesta multitudinaria siempre es “no”. Ya no cabe nadie pero cabe. Todavía no baja el frío. “¿Están contentos?”, inquiere a cada rato el vocalista con pasamontañas. La respuesta siempre es “sí”.
Llegan el frío y el aniversario 21 del alzamiento del EZLN al caracol Resistencia y Rebeldía por la Humanidad. Un 2014 tan luminoso como sombrío le entrega la estafeta a un 2015 que debe estar muy preocupado. En el atropello de reformas estructurales que nos robaron la soberanía nos encontramos. En la tragedia de estudiantes arrebatados nos conocimos. Fuimos hermanadas y articulados a fuerza de crímenes contra la tierra y sus habitantes, mientras los ojos del mundo miraron por fin un México desnudo que los acumuladores se empeñaban en mostrar muy bien vestido. Enterramos y desenterramos al maestro Galeano. Vimos caer y levantarse una escuelita, vimos enojarse un politécnico, renacer una, dos, muchas normales rurales. Vimos postergados los anhelos democráticos de los jóvenes de Hong Kong. El dolor de migrantes, mujeres y estudiantes nos enseñó a contar por arriba de cien mil. Las milpas se nos volvieron fosas y la tecnología nos mostró la decapitación cinematográfica de rehenes arrodillados por el Estado Islámico para que los vieran morir sus madres en alta definición. Supimos cuánto importa la vida de un joven negro en un país que pasó del “I have a dream” al “I have a drone”, como diría un feisbuquero. Perdimos a más de doscientas niñas en una escuela africana y a más de doscientos científicos en un avión asiático. Obama y Castro podrían asolearse sin problemas en Playa Girón. No sabemos. Tal vez lo sepa Francisco. Vimos sangrar a Ucrania, avanzar al ébola, retroceder a Escocia. Quienes podrían luchar en tierras calientes contra el gobierno que los mata optaron por luchar con él, y hoy lo lamentan. La ciudad de la esperanza nos molió a palos y nos encarceló. Nestora Salgado no fue liberada como le correspondía. El “Chapo” Guzmán descansó. La Tuta escapó. Vimos a Palestina rota otra vez. Oímos llorar y pelear al Kurdistán. Pacheco, Gelman y Gordimer se marcharon.
Pero en la alegría de conocernos nos reconocimos, nos reencontramos y rearticulamos. Cesa el baile y comienza la escucha. “El acto cívico” por el aniversario 21 del alzamiento se divide en siete números. Lo conduce ordenadamente una maestra de ceremonias. Honores a las banderas (la mexicana y la zapatista), entonación del himno nacional de México, palabras de Bertha Nava, una madre sin su hijo, palabras de Mario César González, un padre sin su hijo, mensaje del compañero Carlos por el CNI, mensaje del subcomandante insurgente Moisés por el EZLN, himno zapatista. A ritmo de dianas inherentes a estas tierras van llenando estoicos el templete los grupos invitados. Recibirán mensajes de admiración y apoyo. Serán abrazados, verdaderamente, por el zapatismo. El CNI habla con Ayotzinapa: “No están solos. Somos ustedes. Son nosotros”. Toca el turno al EZLN. Bajo lluvia sutil y niebla inconstante, el mensaje del Sup Moi es una bisagra que conecta delicadamente dos años. A diferencia de las balas del 94, en el fondo de la noche que se asoma detrás del vocero rebelde deducimos que ha llegado el 2015 porque retumban cohetones a lo lejos. Aquí todo es silencio y palabra.

Otro rebelde de voz imponente nos ofrece consignas patrióticas que también corean los internacionales. Se nos confunde el calendario con septiembre. Los “¡viva México!” nos reacomodan las emociones mientras estallan fuegos artificiales que en veces revientan en verde, blanco y rojo y en veces nos caen ardiendo casi en la cabeza. El mensaje zapatista de hoy ha sido demasiado zapatista. Hay que pensarlo, procesarlo de madrugada, entenderlo. Los puestos de comida generosa que se puede comprar y comer, hecha por manos generosas, reabrirán lodosos por la mañana del 1 de enero de 2015, primer día del resto de nuestras luchas.

La Jovel autónoma

El ejemplo del CIDECI-Unitierra cala y cunde. Este lugar casi mítico para quien sueña con espacios autogestivos nos recibe en San Cristóbal de las Casas como ya es costumbre, a corazón abierto, dejándonos grandes lecciones organizativas. La maravillosa música que siempre nos otorga el buen gusto del buen doctor Raymundo cede su lugar por dos días a un barullo de ritmos varios y conversaciones profundas. Entre puestos de vendimia justa y necesaria, del 2 al 3 de enero se inaugura una clausura de trabajos con palabras duras de familiares de normalistas e integrantes del CNI. A lo largo de dos días se sucederán relatorías, aclaraciones a las mismas, pronunciamientos, mensajes de presos políticos, proyección de documentales, propuestas, acuerdos, desacuerdos, transmisiones radiales y en video con entrevistas, recuento de luchas colectivas, tocadas exitosas de raperas y jaraneras, trabajo coordinado de medios libres, de comisiones de apoyo, de café y pan, de comida.

A la mitad del segundo día se despiden los familiares de los jóvenes atacados de Ayotzinapa. Mario César, Bertha y Omar coinciden en su agradecimiento al EZLN por haberles cedido su lugar, y también coinciden en señalar que no merecían ese privilegio, que no lo pidieron, que no es lo suyo el trato preferente, que habrían estado mejor en un rinconcito para que nos acompañara el zapatismo. Pero el zapatismo nos acompaña.
Aprendemos a nombrar en colectivo a nuestro enemigo común: el estado. “Nos tenemos que ir fortalecidos. Tenemos que construir”. El CNI se va fortalecido de regalos para construir. Agradece a Paulina la donación de libros sobre Justicia Autónoma Zapatista, Zona Selva-tzeltal, pero ella redirecciona el agradecimiento a quien se debe, las comunidades que ya se procuran justicia. Los medios libres les preparan discos compactos con información necesaria. Luego se despliega un mapa gigante de México lastimado donde unos talleristas mapean el despojo. La imagen terriblemente hermosa lleva por nombre “29 espejos”. Estos cartógrafos inconformes dicen que preparan otro mapa, el de las resistencias y las rebeldías que será “mucho más complejo”.
Y en adelante, pa’ delante. Las cuatro mil personas que convergieron durante doce días en cinco estados toman acuerdos en plenaria o en parejas, en grupitos, en lo individual. Desde las prisiones, nos han hablado por teléfono y nos han enviado cartas Alejandro Díaz Santis, Mario Luna y Fernando Jiménez Gutiérrez, un combativo yaqui de rudeza norteña que confiesa haber soltado una lágrima sobre el dibujo de un niño de cuatro años adherente de la Sexta. Las meras bases de mero abajo, ésas que tanto querían ver nuestros convocantes, llegaron y trabajaron desde el dolor y la rabia pero ya tienen que irse. A seguir trabajando, claro. Cuando atardece el 3 de enero se van dispersando las voces, se van vaciando los jardines. La calma volverá al CIDECI. Cargamos la chamba en las mochilas. Una amiga que tuvo el privilegio de conocer a la comandanta me contó que Ramona repetía una frase hasta la obsesión. Cinco palabras, con la cuarta alargadita: “Tenemos mucho trabajo. Muuuucho trabajo”.
El inesperado cielo claro que nos concedió jornadas tibias se deja abierto por la noche que nos despide y saluda al mismo tiempo. Una luna plena nos anuncia que se acercan las noches sin ella. Asoma entre cerros justo al momento del discurso final. Bajo su luz resaltan los matices que Ramona pronosticara en su último bordado. Venía trazado en colores y en colores nos define esta guerra continua que vivimos, la que ya no queremos vivir. En morado, tantos golpes. Luchamos en rojo y sangramos. En azul claro, azul maya, azul marino, la vida. Bailamos y cantamos en naranja. La generación que nos releva, en rosa intenso. En un tono indescriptible, el amor. En negro grisáceo, la noche de los presos, de las encarceladas. Nos abrazamos en blanco. En verde y café andamos la tierra. En amarillo maíz somos.

San Cristóbal de las Casas, Chiapas. 2 de enero de 2015.
Colectivo Radio Zapatista.
Siendo las 11:56 de la mañana del 2 de enero de 2015, comienzan los dos días de trabajo que clausurarán el Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el Capitalismo, “donde los de arriba destruyen, los de abajo reconstruimos”. De nuevo los normalistas en primeras filas, cara a cara con sus familias y amigos, o con los rostros impresos de ellos mismos. Un millar de personas saturan el auditorio principal del generoso y autónomo CIDECI-Universidad de la Tierra. Se puede ver la transmisión en vivo en salones aledaños, el comedor, el aula Immanuel Wallerstein. Aquí dentro hay medios libres que se han organizado para cubrirlo todo: video, audio, texto, traducción, publicación y compilación, entrevistas. Una biblioteca en azul nos aloja.
Dentro del auditorio hay cabina para traducción simultánea a los idiomas que se pueda, mesoamericanos y europeos. Vibra un calor inusitado para un enero en San Cristóbal. Se nos entregan datos de asistencia a lo largo de estos días: 1,300 delegadas y delegados del CNI de 28 pueblos y 20 estados de la República Mexicana, 2,904 integrantes de la Sexta (2,168 nacionales de todo el país y 736 internacionales de 42 países).
Por las familias de los normalistas que nos faltan habla primero la señora Berta Nava, madre de Julio César Ramírez Nava, asesinado el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. Nos invita a tirar este gobierno “que tanto daño nos hace”. Con voz entrecortada recuerda anécdotas familiares que nos comparte. Antes no dejaba dormir a su hijo. Cuando lo identificó en Iguala sólo dijo “por fin vas a dormir”, aunque para ella “él siempre va a estar vivo”. Insiste en que el gobierno tiene a los muchachos, agradece al Ejército Zapatista de Liberación Nacional que le hayan cedido su lugar y nos asegura que “queremos gente preparada para que no nos sigan pisoteando”.
Mario Cruz es tío de Benjamín Ascencio Cruz, desaparecido. Son hablantes de náhuatl, así que el muchacho entró a la normal rural para “fortalecer su vocabulario” porque “quería conocer las variantes dialectales” de su lengua. Nos dice Mario que el gobierno culpa a la delincuencia organizada del secuestro de los jóvenes, “pero nosotros decimos el gobierno es la delincuencia organizada”.
Bernabé Abraján es padre de Adán Abraján de la Cruz. Nos cuenta que Adán se iba a casar el pasado 20 de diciembre, que tiene “esposa y dos hijos”, un varón de siete años, una niña de dos. Ella no sabe aún lo que ocurrió. Luego se le quiebra la voz para decirnos “hoy es cumpleaños de mi hijo” y deberíamos estarlo festejando. Don Bernabé nos informa que el dolor que vive México no sólo habita Guerrero. Se ha dado cuenta de que es todo México, por eso le suelta un “ya basta” a este gobierno y recupera la voz para exigirle “que nos dejen de estar pisoteando”. Se irá para informarle a su pueblo que todo el país está igual. Nos recuerda a los caídos en Iguala, a los heridos. Aldo sigue en coma. El rostro de Andrés sigue en reconstrucción. Y como el gobierno no lo hace, “nosotros somos los que vamos a hacer justicia” organizados.
Óscar García Hernández es hermano de Abel García Hernández. Se despidió para irse a estudiar y “ya no lo volvimos a ver”, se lamenta. Luego nos cuenta por qué no hemos visto a su madre. “Ella no puede venir porque ella no puede hablar en español”. Son mixtecos. Nos dice que su mamá le pide constantemente que regrese pero él no puede volver sin su hermano, no quiere, prefiere “estar aquí luchando” por encontrar a Abel. Dice que quería ser militar pero ya no quiere. “Yo prefiero ser otra cosa que un militar y desaparecer personas”. Luego nos relata dolores íntimos de su familia dispersa, migrante, desconocida. Hace once años que su madre no habla con otro de sus hermanos. La señora “ya no soporta tanto dolor”. Es demasiado.
Entre las voces de familiares de Ayotzinapa aparece la de un yaqui preso por defender el agua. Mario Luna visita el CIDECI a la distancia. Desde el penal que lo recluye en Sonora se enlaza en audio para decirnos que está limitado en su movilidad, pero que sigue luchando gracias al EZLN y al CNI que siguen firmes, a la Sexta que es “muestra de fortaleza y de vitalidad”. Con voz clara asegura que “estemos donde estemos seguimos firmes en nuestra convicción de estar libres” y “gobernarnos de una forma diferente” porque “cada vez somos más”. Para Ayotzinapa y el festival, lanza un “ánimo, compañeros”, un “seguimos firmes” que difumina los barrotes que nos separan.
Lambertino Cruz retoma las participaciones de Guerrero. Es breve. “Yo no sé hablar”, piensa él. Sus palabras lo contradicen. “A nombre de toda la familia de Ayotzinapa” agradece el apoyo que han recibido y necesitan recibir todavía para encontrar a los muchachos normalistas porque “el gobierno los tiene”.
Omar García habla por los estudiantes. Como alumno y maestro de normales combativas, reconoce la grandeza de la UNITIERRA. Luego nos cuenta lo que les dijo ayer el subcomandante insurgente Moisés cuando los despidió en Oventik, algo “muy interesante”. Los normalistas le dijeron al zapatista que también quieren la autonomía para sus escuelas normales rurales, y “nos dijo: hasta no ver, no creer”.
Casi para terminar este arranque de trabajos, retoma la palabra Bertha Nava. Nos informa que el 14 de diciembre acaba de ser lastimado otro estudiante por policías federales en Guerrero. Lo agredieron, lo patearon, casi lo matan. Sobrevivió porque un policía ya no consideró necesario seguirlo lastimando. Entonces nos pregunta: “Si los federales no tuvieron piedad de él, ¿por qué nosotros lo vamos a tener?”
Cierran las intervenciones integrantes de la Escuela Autónoma Emiliano Zapata que vienen desde la mixteca poblana. Se preguntan “¿qué podemos compartirles?” a quienes tanto saben de lucha. Se responden “lo que somos, lo que seremos”. Un poema y una pintura. En náhuatl y español le hablan a cada quién: “Mañana, cuando muera, no quiero que sufras”, pues “desde el sol te enviaré buenos rayos de luz”. En colores entregan a Tonantzin.
Afuera del auditorio, en los reconfortantes jardines del CIDECI y entre el café caliente y el pan recién horneado siempre presentes, se escucha “soy Alexander Mora Venancio” repetido en distintas voces de hombres, de mujeres. Adentro, comienza la lectura maratónica de las relatorías para compartir lo que se compartió en Xochicuautla, Amilcingo y Monclova. Dentro y fuera de quienes hoy confluimos aquí flota un deseo sincero de “feliz año”, y de “feliz cumpleaños, Adán” para el muchacho ausente.


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