Por: x carolina
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En los primeros días de febrero me fue posible conocer de cerca unos aspectos del levantamiento popular contra el crimen organizado en el estado de Michoacán. Al recorrer junto con compañeros de SubVersiones partes de Tierra Caliente, la Meseta P’urhépecha, y la Sierra Madre del Sur, saltó a la vista que la gente vive mejor en los pueblos liberados del control de los Caballeros Templarios y que los Consejos Ciudadanos de Autodefensa mejor conocidos como “comunitarios” o “autodefensas”, no dan marcha atrás en la toma de poblaciones. También en las barricadas y los pueblos se nota bastante entusiasmo para seguir con una agenda propia, sea cual sea la del Estado, e ir más allá, organizando Consejos Populares al estilo de Chinicuila y Coalcomán para que la gente pueda tomar decisiones sobre cómo quiere vivir de ahora en adelante y evitar posibles trampas señaladas con frecuencia por observadores: ser parte de la estrategia paramilitar del Estado, volverse otro cártel o quedarse bajo el mando del Ejercito o Policía Federal.
En las carreteras, observamos varios retenes, que eran del Ejército, la Policía Federal o las autodefensas, pero con credenciales de prensa pasamos fácilmente, a veces en coche, a veces en autobús. No vimos camiones o coches quemados, tampoco narcobloqueos, pero supimos que algunas atrocidades fueron cometidas en esas fechas. Notamos una fuerte presencia policial en las ciudades y pueblos, al grado que tanto en Uruapan como en Coalcomán, hoteles enteros están ocupados y administrados por la policía y es casi imposible caminar por una banqueta sin topar con algún grupo de ellos. A algunas personas su presencia les hace sentir más seguras. A mí, no.
Cherato
“Cherán sigue siendo un referente para todos”, comentó un compañero el día que llegamos. Aunque la formación de las rondas bajo un consejo autónomo indígena es algo diferente a las autodefensas o “comunitarios” organizados como un asunto de sobrevivencia en tierras mestizas, la experiencia P’urhépecha en recuperar tradiciones, implementar el derecho a la auto-defensa y seguir el camino de la autonomía es invaluable para muchos grupos.
El Fuego Nuevo celebrado en Tarejero, Michoacán, el 2 de febrero ha sido interpretado como un augurio especialmente bueno para difundir y ampliar esta experiencia en el año que viene aún cuando el mismo día en la ciudad de Morelia, con la bendición del gobierno, miles de jóvenes cantaron y gritaron su apoyo a los Caballeros Templarios en un concierto del Komander y “los de la A”.
Ese día del Fuego Nuevo visitamos la comunidad P’urhépecha de Cherato, donde también fue festejada la Virgen de la Candelaria. Después de comer un riquísimo mole casero y ver un divertido torneo de basquetbol al son de una banda tropical, una familia nos hizo el honor de invitarnos al bautizo de su hija, donde disfrutamos de su hospitalidad. Después fuimos a la casa de un compañero para platicar sobre la situación ahí.
A la pregunta sobre el nivel de apoyo en el pueblo para el levantamiento en armas, él respondió con una sola palabra: total.
Nos contó que hacia algunos años los Caballeros Templarios empezaron a enviar a jóvenes conocidos como “punteros” para vigilar a la población de Cherato, pero que al principio no hubo conflictos abiertos con ellos. La gente seguía cultivando aguacate, maíz y avena aunque ya no tenía la ganadería de antes debido a tantos robos.
El 21 de enero de 2013, la situación cambió dramáticamente. Un grupo de hombres llegó al pueblo para entregar un paquete de 22 sobres al encargado del orden Roberto Serrano Cervantes. Se suponía que cada pequeño agricultor debería poner en un sobre la cantidad de $2000 pesos por hectárea productiva y que Serrano sería responsable de devolver los sobres llenos a una persona designada.
Los comuneros se reunieron y dijeron: “Si les damos este dinero, nunca vamos a quitarlos de aquí. Ellos serán los dueños de nuestras tierras”. Ni siquiera una sola persona votó para aceptar la extorsión.
Por lo contrario, tomaron la decisión de reactivar la tradición de la ronda comunitaria tal como se había hecho en Cherán, armándose con palos y machetes y los pocos rifles y escopetas que tenían a la mano. En esas fechas recibieron muchas amenazas y los policías municipales empezaron a juntarse con los punteros.
Por negarse a pagar la extorsión, Roberto Serrano fue desaparecido el 22 de marzo de 2013. Inmediatamente los insurrectos de Cherato junto con compañeros de los pueblos de alrededor ––Cheratillo, 18 de marzo, Sicuicho y Orúscato, entre otros –– tomaron la carretera y exigieron una reunión con el presidente municipal José Antonio Salas Valencia (Partido Acción Nacional), quien nunca apareció. Por eso, los manifestantes retuvieron durante varios días unos funcionarios como garantía de que las autoridades cumplieran con su responsabilidad, cosa que nunca hicieron. Desde entonces han organizado otras protestas contra la desaparición de Roberto Serrano sin que una sola instancia de gobierno o comisión de derechos humanos haya tomado cartas en el asunto.
Al participar en una manifestación en la plaza central del municipio de Los Reyes el 22 de julio de 2013 para exigir la presentación con vida del compañero Roberto, hombres, mujeres, niños y niñas recibieron balazos de miembros del crimen organizado y policías municipales; resultaron por los menos cinco muertos (algunos dicen muchos más) y decenas de heridos.
Dice el compañero que Cherato y las comunidades P’urhépecha alrededor quieren separarse del municipio de Los Reyes y conformar su propio municipio. Como una manera de proteger a la comunidad, han colocado puertas de acceso y salida donde se controla el tránsito de automovilistas. Cierran las puertas a las 9 de la noche y las abren a las 5 de la mañana. Varios equipos siguen cuidando las puertas mientras la comunidad intenta resolver los graves problemas de la falta de agua, salud y educación.
Los Reyes
Al llegar a Los Reyes desde Uruapan pasamos por huertas y viveros donde abundan el aguacate, limón, zarzamora, guayaba y naranja. Visitamos a dos de las barricadas en las afueras de la sede municipal recién tomada por los comunitarios a finales de enero.
Después de invitarnos a comer y tomar una refrescante agua de coco con nuez, uno de los compañeros comentó en entrevista: “Aquí llegamos el lunes a Peribán y el martes a Los Reyes. La gente aquí lo estaba pidiendo, ya que eran muchos los secuestros, los abusos que hacían, las cuotas que cobraban. A toda la gente les obligaban a trabajar y luego algunos fueron eliminados para quitarles su dinero. . . yo en mi caso, en carne propia me levantaron a dos cuñados. No sé nada de ellos desde hace tres años. Me levantaron a dos primas y a un amigo también y ellos fueron eliminados y los dejaron por ahí. Y es el motivo y la razón por que andamos peleando. . .Todos hemos pasado este tipo de cosas”. Día con día los levantamientos, secuestros, golpizas y violaciones siguen.
“Quieren hacernos mucho daño para que la gente tenga miedo y no apoye pero a la gente ya no importa morir aquí. Prefiere morir en la batalla y que no vengan por ti, con tanto sufrimiento que hacen”.
Dice que la respuesta de la gente en Los Reyes ha sido muy buena, que han tenido mucho apoyo de la gente, incluyendo de los pueblos alrededor como Cherato, “donde no tienen muchas armas pero que vienen con palos y machetes”. Conocen a otros pueblos tomados como Tancítaro, Pareo, Buenavista, Los Fresnos, El Aguacate, donde la gente está más feliz, más tranquila, hasta que ahora se atreve a hacer fiestas cuando antes todos tenían miedo de salir de sus casas.
Cuentan que muchas personas que antes estaban con los Templarios han cambiado de bando y ahora están con ellos, cosa que vimos en las propias barricadas donde se encontraban por lo menos treinta ex punteros, bien vigilados por los compañeros por si acaso su “conversión” fuera más fugaz de lo declarado. La gran mayoría era gente joven aunque hubo de todas las edades, algunos que llevaban rosarios y otros con la Santa Muerte en el pecho. Aunque habíamos sabido de muchos casos de personas obligadas a trabajar por los Templarios bajo amenazas, los chavos con los que platicamos en la segunda barricada dijeron que ellos lo hicieron porque ganaban una buena cantidad de dinero ––entre 1200 y 1800 pesos a la quincena.
Supimos que todavía queda el reto de ganar el apoyo de muchos de los barrios en Los Reyes precisamente porque las fuentes de trabajo de la gente han sido controladas por los Templarios y ahora mucha gente queda sin ingresos.
Y conociendo la experiencia de otros pueblos liberados, donde los Templarios han regresado una y otra vez para retomarlos, todos están conscientes de que una toma no es de una vez para siempre. Estos espacios, hay que defenderlos.
Buenavista Tomatlán
El calor se siente en Tierra Caliente. Al acercarnos a uno de los primeros pueblos levantados en armas, un compañero de las autodefensas sube a nuestro camión y nos pregunta quienes somos y qué hacemos ahí. Le enseñamos nuestros credenciales de prensa y nos da una sonrisa de reconocimiento, diciendo “¿Ah, SubVersiones? ándale”.
En camino, admiramos las huertas de limón y después nos enteramos de que Buenavista produce más de esta fruta que cualquier otro municipio en el país.
Al llegar al pueblo, pudimos reunirnos con el Coordinador del Consejo Ciudadano de Buenavista, que no es de las autodefensas, sino de los ciudadanos no armados reunidos en un consejo popular. Mientras nos dirigimos a un lugar para platicar, conocemos algo de la historia de lo que se vivía en este lugar: el 27 de abril del año pasado, 40 camionetas de Templarios regresaron para intentar retomar el pueblo a las 5 de la mañana, abriendo fuego durante 25 minutos contra las casas de los vecinos, en la población de Pueblo Viejo. Después de una ráfaga tras otra en lo que se sentía como una eternidad, por fin fueron repelidos por cinco compañeros de las autodefensas.
Una de las primeras cosas que platicamos con el Coordinador fue el acuerdo firmado el 27 de enero entre algunos líderes de las autodefensas y el gobierno. Habíamos escuchado distintas opiniones. Algunas personas piensan que no estaba mal obligar al gobierno a hacer un compromiso público a proteger a la gente, que tal vez le quitaría un poco de hostigamiento a las autodefensas, otras dicen que sólo era un show mediático que no tendría efecto porque pocos comunitarios se van a registrar y nadie se va a entregar sus armas y otras opinan que el pacto se puede desechar y que no es inevitable que las autodefensas queden como parte de las fuerzas militares del Estado, una condición bastante indeseable.
El Coordinador, por su parte, comentó que “al gobierno le conviene apagar el fuego” y que él piensa que hubiera sido bueno convocar a la gente a discutir en cada comunidad y pueblo la propuesta de regularización. Dice que se descuidaron de muchos aspectos, como el de los presos políticos de La Ruana, Buenavista, Aguililla y Aquila. “Ellos se olvidan de estas cosas, nosotros que vivimos con el pueblo, no. Las autodefensas tienen un compromiso con el pueblo y nosotros no armados también somos parte del proceso”.
El compañero aclaró que al contrario de lo que generalmente se dice, el levantamiento en Buenavista ocurrió el 28 de febrero del 2013, cuatro días después de los primeros levantamientos en Tepalcatepec y La Ruana. Ese día se convocó una reunión al pueblo general en la explanada con bocinas y micrófonos, tomando a todos por sorpresa. Dijo: “Nosotros llegamos como pueblo para ver de qué se trataba. Ahí nos dicen ‘nos vamos a levantar en armas contra el crimen organizado’. Convocaron a la gente a que fuera por sus armas para que hiciera el trabajo de la vigilancia y se sumara a las filas de la autodefensa…Vino gente de La Ruana para respaldar… y también hubo cuatro o cinco camionetas del Ejército alrededor de la explanada. Esto me sorprendió porque al cada rato quieren desarmar a la gente pero ese día en Buenavista y en cada levantamiento estaban ahí de respaldo…
De lo que pude percatar, había alrededor de diez personas ya definidas y decididas a hacer el levantamiento…, otras diez se fueron por sus armas y se quedaron. Otros cinco o seis se quedaron ahí para ver si de repente alguien llegaba y dejaba un arma…, porque ésta era la propuesta, si alguien no quisiera tomar su arma para ir a hacer guardias, que prestara su arma, si era posible la donara… Pues esto es lo que hemos vivido, es lo que he visto. ”
Agrega que en el momento del levantamiento, se fue la policía municipal y se fueron los Templarios.
Aún así, estando en la frontera con Apatzingán, bastión de ese cártel, la gente de Buenavista ha tenido muchas amenazas de ellos y un ataque mayor. También han tenido enfrentamientos con el Ejército.
Hace unas semanas, el pasado 15 de enero, autodefensas y civiles, furiosos sobre los asesinatos de cuatro personas por el Ejército en Atunez, enfrentaron y expulsaron un convoy de cien elementos del Ejército de Buenavista. Y el 22 de mayo del año pasado los militares se llevaron a cuatro jóvenes de Buenavista y sólo los liberaron después de que las autodefensas retuvieron 22 elementos del Ejército durante unas horas.
El levantamiento en armas le dio a la gente la posibilidad de reunirse en público, cosa que había sido muy peligroso bajo el control de los Templarios. Dice el compañero que estuvieron aquí en la población. Mucha gente los veía como la guardia Michoacana que iba a proteger a la gente. Algunos vecinos andaban con ellos en sus camionetas, eran sus amigos. Pero ellos vigilaban a la gente. El jefe de plaza de otros lugares tenían gente ahí para operar en todo lo que ellos hacían ––extorsión, cobro de piso, secuestros, tráfico de drogas. Era un peligro decir el nombre de los Caballeros Templarios. Construyeron una capilla aquí y otra en La Ruana para las estatuas de Nazario (Nazario Moreno, alias El Chayo, o “el más loco”, objeto de culto, fundador de La Familia Michoacana, supuestamente abatido por la policía federal pero considerado por muchos como uno de los máximos líderes de los Caballeros Templarios).
Buenavista ha adaptado la idea del Consejo Ciudadano desarrollada en Chinicuila, Coalcomán y de una manera particular en Cherán. El Coordinador dice que en mayo del 2013, doce personas fueron elegidos para conformar una asamblea y ahora piensan agregar un representante de cada colonia y equilibrar el número de hombres y mujeres. Hay reuniones y capacitación en las colonias. Tienen varias propuestas incluyendo una para asegurar el suministro de agua potable y otra para organizar una radio comunitaria. Tienen su propio plan de seguridad y piensan que es importante que ésta esté bajo control municipal y no estatal o federal, dado que ellos conocen las necesidades de la comunidad, conocen bien a su gente, y saben quien sería apto para un cargo de seguridad y quien no; por eso son los indicados para planear una seguridad preventiva y confiable por el bien del pueblo.
Para el compañero, ser pueblo, vivir con el pueblo, apoyar al pueblo y actuar con el pueblo es fundamental. Dice que es posible que algunos ex punteros quieran regresar para estar con su familia, y si quieren sumarse a las autodefensas, es la decisión del Consejo de Autodefensa aceptarlos o no. Afirma que el trabajo que han hecho las autodefensas ha sido un buen trabajo y van a saber qué hacer. Por su parte, dice: “si a mi me dijeron que alguien que no mató, que no secuestró, quisiera participar con nosotros, yo preferiría que tiraran de aquí para allá que de allá para acá”.
En todo caso, hasta con muchas contradicciones que quedan para resolver, el pueblo ahora es otro. “Ahora los niños pueden correr en las calles. Tenemos la posibilidad de convivir, de reunirnos. Hay gente armada pero no para atacarnos a nosotros. La libertad que tenemos ahora no la hemos tenido en doce años.”
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