Antes de culminar el sexenio de Felipe Calderón se pretende aprobar la siembra dos millones cuatrocientas mil hectáreas en Sinalóa y Tamaulipas; solicitados por las empresas transnacionales: Monsanto y Pioneer. De aprobarse la siembra, los campos mexicanos quedarían contaminados y por consecuencia los hogares que consumen diariamente el maíz.