A raíz de los hechos ocurridos en el territorio mapuche de Vilcún, quienes suscribimos esta declaración, investigadores e investigadoras mapuches, expresamos lo siguiente:
Creemos que las muertes en un conflicto son siempre lamentables. Refuerzan la intensidad de la violencia o la naturalizan como medio de abordaje de los problemas, contribuyen a la radicalización y polarización de las posiciones políticas e ideológicas o conllevan al desarrollo de actos irracionales.
Observamos con preocupación las señales emitidas por el gobierno, políticos, gremios empresariales y ciudadanos comunes, en cuyos juicios y opiniones aflora un racismo desde el cual se justifica la aplicación de legislaciones que vulneran los derechos humanos y legitiman e incentivan la violencia policial o paramilitar en contra de los mapuche. La convergencia que manifiestan sectores empresariales, latifundistas y el gobierno en asumir la represión como vía de tratamiento del conflicto no es otra cosa que la actualización de la violencia histórica cuyo origen se encuentra en la imposición del Estado colonial chileno en nuestro territorio mapuche.
No nos extrañan las similitudes de estos discursos actuales con aquellos que circularon durante la invasión militar de nuestro territorio en el siglo XIX y que sindicaban a los mapuche como “rémoras del progreso”, “hordas de barbaros” y “raza inferior”. Aunque evidentemente en nuestros días este discurso se ha adaptado a los actuales tiempos del multiculturalismo neoliberal promoviendo imágenes de mapuche buenos y mapuche malos, de acuerdo a criterios convenientes a tales concepciones.
La intensidad del racismo manifestada en estos días nos lleva a preocuparnos sobremanera por la seguridad de cualquier peñi o lamgen mapuche que circule en este país. En particular, nos preocupa la seguridad de aquellas comunidades en procesos de recuperación y defensa territorial, de las mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianas que pueden ser agredidos por fuerzas policiales o paramilitares. No quisiéramos que esta coyuntura sea la justificación para el Estado chileno de sumar nuevas víctimas a los asesinatos contra mapuche, registrados en este largo conflicto, por eso hacemos hoy un llamado a evitar que este tipo de situaciones se produzcan en la actual coyuntura.
Creemos que ante el crudo escenario que está en desarrollo es importante que la sociedad chilena se manifieste por la vida de todas las personas, condene el racismo estatal, empresarial, latifundista y paramilitar. Es necesario llamar a políticos y gobierno a medir sus dichos, a pronunciarse responsablemente, a contribuir en la construcción de un clima de paz, a mostrar generosidad y voluntad política para crear espacios de entendimiento.
Nuestro deber como mapuche es seguir presente ya sea en opiniones y en propuestas que ayuden a sobrepasar esta crisis y no agudizarla. No queremos más muertos mapuche ni chilenos. Queremos justicia en un amplio sentido. Aspiramos a la justicia social, a sociedades justas, a sociedades que tengan formas de comprensión donde todos puedan desarrollarse como personas bajo su propia concepción cultural. Necesitamos mecanismos políticos donde los mapuche podamos ejercer los principios básicos que tienen los pueblos, respetando nuestros derechos y nuestros territorios.
El poder judicial debe ejercer justicia y no el revanchismo, justicia y no racismo, justicia y no castigos desproporcionados, justicia y no montajes. Queremos el esclarecimiento de los hechos, pero también la comprensión de los trasfondos históricos que subyacen a las contradicciones y los conflictos presentes. La violencia no es nunca un fenómeno gratuito, la violencia ha sido y sigue siendo, el eje articulador de las relaciones coloniales que atan a nuestro pueblo al Estado.
Valoramos todas las manifestaciones de quienes rompen los caminos del racismo, en el convencimiento que sólo la articulación, la solidaridad y el respeto entre pueblos permite el verdadero encuentro de los seres humanos.
Firman:
• Héctor Nahuelpán Moreno, Historiador, Doctor © en Antropología, CIESAS (México D.F.).
• Fernando Pairican, Magíster © en Historia de América, USACH.
• Susana Huenul Colicoy, Magister en Antropología.
• Sergio Caniuqueo Huircapan, Magíster © en Estudios Latinoamericanos, U. de Chile.
• Enrique Antileo Baeza, Magíster © en Estudios Latinoamericanos, U. de Chile.
• Felipe Curivil Bravo, Educador e Investigador.
• José Ancan, Máster en Antropología (UAB, Catalunya), Doctor © en Estudios Latinoamericanos, U. de Chile.
• Pedro Cayuqueo, Periodista, Director de los diarios Azkintuwe y MapucheTimes.
• Maribel Mora Curriao, Poeta, Doctora © en Estudios Americanos, USACH.
• Sigrid Huenchuñir, Psicóloga, Máster en Políticas Públicas.
• Margarita Ortiz Caripán, Periodista, Maestra © en Estudios Latinoamericanos, UNAM.
• Felipe Andrés Curin Gutiérrez, sociólogo.
• Luis Cárcamo-Huechante, Profesor Asociado, Universidad de Texas en Austin, EE. UU.
• Fresia Curihual Garrido, Periodista, Licenciada en Comunicación Social.
• Cesar Chávez Avello, Músico, Ingeniero de Desarrollo WEB
• José Purralef, Profesor de Historia y Doctor © Educación.
• Hernán Curiñir Lincoqueo, Historiador Mapuche.
• Karla Palma Millanao, Periodista, Estudiante de Doctorado en
Comunicación y Medios, Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, E.E.U.U.
• Luis Bertoglia Huenchullán, psicólogo e investigador de la Consultora Asesorías para el Desarrollo.
• Paula Alonqueo Boudon, Psicóloga, Doctora en Psicología.
• José Alejandro Marimán Quemenado. Dr. Cientista Político.
• Herson Huinca-Piutrin, Historiador, Magíster en Historia Moderna y Contemporánea, Ecole Normale Supérieure, Francia.
• Claudio Alvarado Lincopi. Licenciado en Historia.
• Julio Nelson Marileo Calfuqueo. Magister © en Educación mención curriculum y comunidad Educativa. Universidad de Chile.
• Ninette Sepulveda Alecoi. Trabajadora Social. Magister Estudios Sociales y políticas latinoamericanos.
• Carlos Contreras Painemal, Antropólogo, Universidad Libre Berlín y Universidad de Lodz
• Andrés Cuyul Soto, Magister en Salud Pública y Doctorando en Salud Colectiva
• Gabriela Curinao, Trabajadora Social, Universidad Humanismo Cristiano.
• Marjorie Huaiqui Hernández. Profesora de Historia y Geografía.
• Rodrigo Levil, Sociólogo.
• Sergio Millaman. Miembro del Colectivo Editorial Mapuexpress.
• Pablo Millalen Lepin, Trabajador Social, Magíster (c) Gerencia y Políticas Públicas
• Carlos Aguilera Nahuelpi, Ingeniero Comercial, Magister (c) Gerencia y Políticas Públicas
j-karim2 febrero, 2013 at 3:08 pm Responder
INDIGNADOS DEL MUNDO
Elucidación Programática del Nuevo Modo Económico-Humano-Racional:
Cuando se torna insoslayable, que la civilización humana, debe optar entre la racionalidad económica o resignarse a una extinción apocalíptica; como una señal de esperanza, para los miles de millones de indignados en el mundo; se elucida, un nuevo Pensamiento Económico, que decodifica programáticamente un Modo Económico-Humano-Racional; con suficiencia sistémica para contener siglos de egocentrismo económico y equiparar el crecimiento económico con el desarrollo humano, en el designio superior de redimir la dignidad humana.
Correspondiendo, por conciencia de vida, a todos los indignados por la imperante barbarie económica; empezar a desarraigarse de las clásicas directrices económicas, actualmente en crisis sistémica terminal; y atreverse a expandir los estadios del conocimiento adquirido, para facilitar el entendimiento de los primeros, dos enunciados a la humanidad; que dejan entrever sumariamente, la factibilidad cierta de nuevos fundamentos socioeconómicos.
En pertinencia, si surgen críticas, inexcusablemente deben ser con conocimiento pleno de causa; las críticas constructivas, deberían enmarcarse en una dinámica perfectible de la teoría; como las críticas destructivas, deberían tener un sustento de antítesis, que exponga alternativas superiores y viables; no vertidas por obnubilad egotista, de oponerse simplemente por oponerse…
J-Karim
http://www.youtube.com/watch?v=hiiSNYe6jQc
http://www.youtube.com/watch?v=g3Xp9uvqcjw