Este ejército de soñadores, los habitantes de Kanalumtik son los autores de este maravilloso libro a través del cual se ha tejido su raíz. Fue presentado el pasado jueves 3 de febrero de 2 mil 11 en la Universidad de la tierra, en un ambiente de fiesta sonorizado por la música de Damián y Rie, la joven pareja de Sak Ttzevul, acompañados por todo el resto de losautores, amigos, compañeros de lucha y camino. Rostros, voces, lenguas, luchas, fundidas ahí en comunidad y formando algo más grande construido de corazones.
Junto con ellos y ellas compartió Ofelia con su melodiosa voz, recitando fragmentos con todo su cuerpo. Se acerca al incensario a comer de la misma sustancia que alimenta a los dioses, esa esencia humeante de copal, que invade el auditorio. Después de un momento solemne, regresa sonriente a su lugar y toca la sonaja como cuando se hacía desde el inicio del tiempo.
Así es el Arte. Por eso siempre resulta difícil hablar de él. Es un placer místico; no se dice, se vive, no se comprende, se experimenta. Se hace. Primero es la praxis, la reflexión le sigue. Así estos artistas ponen su maestría al servició de la buena vida. Es una relación cosmológica con el entorno: con la hermana piedra, el hermano tepezcuintle; bankilal jaguar, tlacuache, ’uch, T´ul, Tuluk, Bolom…hermana flor, piedra, abuelo fuego. Es un constante caminar para lograr la armonía con todo nuestro entorno.
El arte contiene un gran poder y por ello la necesidad de mirar siempre el bien común como el fin del hacer. Es importante que el trabajo sea para la lucha, que demos lo mejor de nosotros y no lo que nos sobra. Así como el papel que sostiene los bellos pensamientos. Según nos dice el corazón de los autores “para cambiar el mundo hay que trabajar desde abajo, con la semilla nueva, o sea, con los niños y las niñas. Nuestro corazón está preocupado y no quisiéramos que nuestroshijos se olviden de sus raíces y cultura. Es por eso que hemos escogido esta responsabilidad No podemos producir como las televisoras comerciales y mucho menos competir con ellas, peronuestro corazón no puede estar quieto sin no a hacemos lo que sentimos”. Estos quijotescos refraneros hacen honor a su oficio y a cada paso nos deleitan recreando el mundo… ¡en hora buena hermanos! acá en Komanilel les damos las gracias por su generosidad ynos sumamos a su petición de un mundo dónde quepan muchos mundos.