El siete y el ocho de mayo, familiares y un normalista de Ayotzinapa visitaron la tierra sagrada de Acteal y se encontraron con la Sociedad Civil de Las Abejas para compartir su dolor. Berta Nava y Tomás Ramírez, padres del normalista Julio César Ramírez, y José Gátiga, viajaron el siete de mayo a Acteal para poder acompañar al pueblo de Las Abejas en una peregrinación y una ceremonia celebrada el día ocho. Durante la jornada centenares de personas peregrinaron desde Majomut hasta el santuario, gritando consignas en solidaridad con los 43 estudiantes desaparecidos y los 4 asesinados el pasado 26 de septiembre en Iguala.
La procesión tuvo inicio a las ocho de la mañana. Antes de comenzar a marchar, el presidente de la mesa directiva de Las Abejas, Jose Alfredo Jiménez, ofreció unas palabras con las que presentó a la comitiva de Ayotzinapa y les dirigió un mensaje: “Su dolor es nuestro dolor, y la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa es un crimen de estado como lo fue la masacre de Acteal”. La procesión comenzó, encabezada por varios músicos tocaban música tradicional de celebración. Tras ellos seguían la comitiva llegada de Ayotzinapa y los integrantes de la Mesa Directiva de las Abejas, y a continuación varios centenares de hombres y mujeres tsotsiles en dos filas separadas. A lo largo de la marcha se podían ver varios carteles y pancartas que rezaban consignas en solidaridad con Ayotzinapa como “Hermanos de Ayotzinapa estamos con ustedes”. .
“En nombre de los mártires de Acteal sean bienvenidos a la tierra sagrada de Acteal”
Sobre las 10 de la mañana se inició el acto de bienvenida, en el que tanto las personas venidas de Ayotzinapa como Supervivientes de la Masacre de Acteal, dieron su palabra. “Venimos a exigir que se haga justicia por este crimen de estado”, exclamaba J.A Jiménez en el acto de bienvenida, y concluyó diciendo: “En nombre de los mártires de Acteal sean bienvenidos a la tierra sagrada de Acteal”. Berta Navas, confesó: “Vinimos a buscarles a ustedes, aquellas personas que también están sufriendo dolor”. De hecho, para esta madre que perdió a su hijo por los balazos de la policía de Iguala, su único consuelo es seguir en la lucha. “No puedo quedarme sentada en casa”, admitía en la entrevista que el equipo de radio de Las Abejas le hizo la noche anterior. “Prefiero salir a seguir luchando, compartir mi dolor con otras personas, porque hasta que no aparezcan los 43 no me quedaré tranquila”.
Su marido, Tomás Ramírez, menos acostumbrado a los actos políticos, admitía públicamente y con nerviosismo: “Tenemos temor de que caigan los paramilitares en cualquier momento, porque para el gobierno no somos nada, no estamos en el mapa”. Y proseguía: “Pero claro que no es cierto, estamos organizados”. Al finalizar, se prosiguió con la ceremonia religiosa, que concluyó con la visita al recinto sagrado donde descansan los cuerpos de los 45 asesinados en la masacre de Acteal en 1997. “Los zapatistas nos dijeron que buscáramos a los compañeros con los que pudiéramos compartir el dolor”, explicaba Berta Navas. Fueron ellos los que pidieron expresamente al Consejo Nacional Indígena, que les facilitara en encuentro con el pueblo de Acteal.
José Gática, estudiante normalista en la escuela Raúl Isidro, también dio su palabra: “Desde Guerrero hasta Chiapas la lucha es la misma, nos han desaparecido a 43 pero hay desaparecidos por todo México”. También Gilberto Hernández Miranda, miembro del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, estuvo presente en el acto y con su participación denunció la necesidad de muchos pueblos a lo largo de Chiapas y el país de encontrar justicia. “Muchos pueblos buscan justicia producto de la contrainsurgencia del gobierno”, señaló.
“Quiero decirles que no se desaminen por buscar la justicia, el camino hacia la verdad y la justicia tiene espinas”
También varias personas supervivientes de la masacre de Acteal compartieron su dolor con los invitados. “Sabemos que el gobierno quiere matar a quienes empiezan a abrir los ojos”, afirmó la hija de uno de los asesinados en 1997. “Quiero decirles que no se desaminen por buscar la justicia, el camino hacia la verdad y la justicia tiene espinas”, advirtió. Y siguió explicando cómo en la experiencia de los supervivientes de Acteal, algunos de ellos se dejaron engañar por el gobierno. “No se dejen engañar, hay dificultades, hambre, opresión”, continuó. Y concluyó: “Quiero decirles que se pongan alegres porque estamos con ustedes. Lleven un saludo especial a sus hermanos y compañeros que están en Guerrero”.
Antes de continuar con la ceremonia religiosa, J.A Jiménez leyó un comunicado en nombre de la Sociedad Civil Las Abejas con el que mostró de nuevo su solidaridad con la lucha de Ayotzinapa. “Son 47 y muchos más los desaparecidos por el narcogobierno de México”, sentenció. Y añadió: “Sabemos que su fuerza y esperanza son muy fuertes”.
Durante la ceremonia religiosa, Las Abejas entregaron un presente a los familiares de Ayotzinapa: Una cruz de Acteal, tierra sagrada, un arbolito y una imagen con la Virgen Santa de Acteal. Y acompañaron el gesto con las siguientes palabras: “Caminaremos con ustedes aunque no sea físicamente”.