Suele mostrarse a las mujeres como culpables de su propia muerte en frases como ella se lo buscó, quién la manda no obedecer, es su culpa por no haber dejado a ese hombre desde el principio, entre otros juicios que trivializan la responsabilidad y el deber que tienen los hombres y el Estado de respetar la vida, la libertad y la dignidad de las mujeres.
Estamos aquí como “Campaña Popular contra la Violencia hacia las Mujeres y el Feminicidio en Chiapas” para reivindicar la memoria de las víctimas de la violencia feminicida. Juntas y juntos exigimos: “En Chiapas ni una asesinada más”.
Este 2 de noviembre se celebra el día de muertos. Nosotras las mujeres organizadas, conmemoramos con rabia y rebeldía a todas las mujeres que han sido asesinadas por el hecho de ser mujeres. Las recordamos y reivindicamos como compañeras, madres, hermanas, esposas e hijas. No olvidamos que no son muertas, son asesinadas violentamente y con saña por quienes consideran que las mujeres somos objetos, no valemos, no somos nada y por lo tanto no debemos existir.
Las más de 86 mujeres asesinadas en Chiapas sólo durante este año, tienen un nombre, una familia y una historia, con su asesinato se les privo de continuar su vida y decidir sobre ellas.
Estas mujeres fueron víctimas de la violencia feminicida, considerada como el conjunto de violaciones a los derechos humanos de las mujeres, expresada a través de agresiones, crímenes y todo tipo de acciones violentas físicas, económicas y psicológicas, que puede culminar en intento de asesinato o muerte.
A pesar de que el feminicidio es un crimen, la impunidad ha caracterizado las investigaciones. Los gobiernos mexicano y chiapaneco se vuelven cómplices de estos feminicidios y reproducen la violencia al impedir a las mujeres el acceso a la justicia, al invisibilizarlas y al no castigar a los agresores. Solo en contadas ocasiones se ha impartido justicia. Además hace falta atención integral a las mujeres y sus familiares, quienes en reiteradas ocasiones no son atendidas en sus denuncias.
A pesar de que las leyes reconocen la igualdad entre hombres y mujeres, en la práctica no es así, los feminicidios son la clara muestra de la discriminación de género. Se nos considera inferiores y con menos capacidades, aún cuando seguimos llevando toda la responsabilidad del cuidado de la vida. El feminicidio no es un fenómeno social actual o una tendencia pasajera, es el cúmulo de diversas y múltiples opresiones que hemos sufrido las mujeres a lo largo de la historia. Se nos discrimina por haber nacido mujeres y se nos condena a vivir oprimidas y subordinadas.
En todas las culturas se han construido prácticas sociales permitiendo que esta violencia se naturalice, los hombres crecen pensando que son los dueños de las mujeres y por tanto pueden tomar sus vidas y controlarlas. Esta violencia, no es aislada, es producto del sistema capitalista, neoliberal y patriarcal, que empobrece, explota, despoja y destruye la vida comunitaria.
Suele mostrarse a las mujeres como culpables de su propia muerte en frases como ella se lo buscó, quién la manda no obedecer, es su culpa por no haber dejado a ese hombre desde el principio, entre otros juicios que trivializan la responsabilidad y el deber que tienen los hombres y el Estado de respetar la vida, la libertad y la dignidad de las mujeres.
Estamos aquí como “Campaña Popular contra la Violencia hacia las Mujeres y el Feminicidio en Chiapas” para reivindicar la memoria de las víctimas de la violencia feminicida. Juntas y juntos exigimos: “En Chiapas ni una asesinada más”.