El gobernador del estado de Chiapas, el perredista (PRD es el partido de “izquierda” mayoritario de México) Juan Sabines acaba de enviarle una cordial carta a la Sociedad Civil las Abejas para invitarles a una mesa de diálogo:
“El gobierno de Chiapas busca la consolidación de la paz duradera y la exigencia de justicia y dignidad de los pueblos indígenas a través de las diferentes formas de organización y en ningún momento y bajo ninguna circunstancia se pretende debilitar o dividir a la sociedad civil Las Abejas, en cambio sí fortalecerla al participar en la gestión de las necesidades que tanto exigen las comunidades.”
La mesa de diálogo reuniría a las autoridades de esta organización pacifista nacida en 1992 y los paramilitares responsables de la masacre de 45 personas pertenecientes a las Abejas en 1997 que recientemente han sido liberados sin cargos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (principal órgano del poder judicial en México) y han vuelto al lugar de la masacre. La preocupación del gobernador se debe a las denuncias de varios paramilitares de posibles actos de represalia por parte de la Sociedad Civil las Abejas.
“Se ha extendido la preocupación y se ha hecho pública por parte de cientos de hermanos indígenas de la región de Acteal por la presencia y activismo de extranjeros provenientes de Pakistán, India, Perú, España y Estados Unidos, entre otros países, quienes les piden no aceptar beneficios del gobierno, actitud que en nada abona a la paz y desarrollo de los parajes.”
Lo que no comenta la nota del gobernador, publicada en varios periódicos nacionales, algunos de ellos de gran tradición izquierdista, es que en el caso de los extranjeros de La India pertenecen a la organización no-violenta Ekta Parishad de influencia gandhiana y los de los otros países mencionados pertenecen a organizaciones de derechos humanos mexicanas e internacionales.
¿Pero por qué una organización india formada por más de 11 mil comunidades y miles de miembros visita a las Abejas? ¿Por qué es necesaria la presencia de observadores de derechos humanos nacionales e internacionales en la zona?
Esas preguntas se le escapan al excelentísimo gobernador chiapaneco que contempla el trabajo y la actitud de estos extranjeros y extranjeras como algo que “en nada abona a la paz y desarrollo de los parajes.”
Quizás, al gobernador, la determinación y fuerza con la que impulsa el diálogo con la Sociedad Civil las Abejas le ha hecho olvidar las agresiones de policías estatales, militares y paramilitares en otras comunidades de Chiapas este año. Quizás olvida que apoya económicamente y judicialmente a la organización Alas de Águila, Ejército de Dios, cuyo nombre y acciones no parecen abonar mucho más a la paz y al desarrollo de los parajes. Quizás a causa de que toda su capacidad conciliadora queda concentrada en Acteal olvida que su gobierno arrasa comunidades en la selva, quemando casas y pertenencias y expulsando a sus pobladores sin ningún remordimiento. Quizás ignore las reiteradas amenazas y agresiones que sufren defensores de derechos humanos en Comitán y San Cristobal por parte de policías y autoridades institucionales. Quizás no conozca de las nuevas amenazas contra comunidades en resistencia pacífica que se extienden por el estado alentadas por la impunidad que prevalece para los agresores de grupos contrarios al gobierno institucional.
Preguerra.
El juego de una de cal y otra de arena de este gobernador experto en la manipulación mediática no anuncia otra cosa que una oleada de agresiones, de muertes, de heridos, de torturas, de despojo, de injusticia que ya se extienden favoreciendo a los que quieren convertir Chiapas en un parque temático para turistas multimillonarios a costa de las miles de comunidades indígenas y campesinas que hoy viven de su trabajo en la tierra.
Bipolaridad.
Todo este esperpento de contradicciones puede ser la prueba de la existencia de una tendencia a un trastorno bipolar propio del PRD chiapaneco. Y así como el diputado federal por este partido, Ariel Gómez León, reprobaba la ayuda a los haitianos tras el terremoto argumentando que lo que veía “no eran caras de necesidad, más bien de abusivos insaciables”, el gobernador Juan Sabines esté abonando la paz y el desarrollo de su tan amado estado a través del exterminio y represión de los que no estén de acuerdo a su grandioso proyecto.