Fuente: Regeneración Radio
Alrededor de las 11 de la noche se decidió levantar el plantón de la comunidad de Shulvó, del Municipio Autónomo Vicente Guerrero –Zinacantán-, de la explanada de la catedral de la Ciudad en medio de un constante acoso policiaco y militar. Tras una mesa de negociación en donde estuvo el delegado del gobierno de Chiapas, la Secretaría de gobierno y como mediador el Padre Gonzalo Ituarte; el gobierno planteó una reubicación del plantón, por la coyuntura papal y la visita que éste hará a la tumba de Don Samuel Ruíz, ubicada al interior de la catedral. Sin embargo no se garantizó de ninguna manera el retorno de las 11 familias desplazadas de manera forzada el pasado 9 de diciembre. En la mesa que inició ya entrada la noche, no estuvo el gobierno municipal de San Cristóbal, tampoco el grupo paramilitar encabezado por el presidente municipal de Zinacantán, Manuel Martínez Giménez.
En conferencia de prensa las familias anunciaron que no confiaban en el gobierno, pero aseguraron, “Vamos a nuestro lugar de renta, pero si no cumple seguiremos exigiendo retorno seguro”.
A 48 horas de que arribe el Papa Francisco, y en la víspera del Encuentro Latinoamericano “Con la encíclica Laudato si’ defendemos los derechos a la tierra, y el territorio y los bosques”, se intimidó, se hostigó y amenazó a las familias desplazadas con revivir un nuevo desalojo violento, como el del pasado 9 de diciembre en su comunidad. En las inmediaciones del centro de San Cristóbal se movía un convoy de efectivos de la marina, por lo menos una docena de elementos terrestres, armados y con perros adiestrados a su lado; un mínimo de tres convoys de la policía federal–incluida una ambulancia y dos camionetas encabezaban portando armas de alto poder calibre 50-, y alrededor de 200 policías antimotines –entre federales y estatales-.
Lo anterior demostró el primer despliegue que creará un “perímetro de seguridad” al estilo de estado de sitio, pues no se dejará deambular, andar en bici o vehículos y a los residentes de las colonias centrales de San Cristóbal de las Casas se les pedirá credencial, se instalaran filtros de seguridad, se cerrarán de negocios, dejará de funcionar el transporte público y se retirará a vendedores ambulantes. todo lo anterior para garantizar la seguridad del papa y a la espera de recibir una concentración de 250 000 personas durante las actividades en San Cristóbal.
Al final del día –y tras el hostigamiento constante- se acordó levantar el plantón y esperar la fecha del 28 de febrero para el diálogo sobre el retorno de las familias a Shulvó, Zinacantán.