“La función de los gobiernos en sus tres niveles es la de gobernar para los dueños del dinero, para quien los sostiene en el poder; por lo que su trabajo es la de encarcelar, torturar, desaparecer, asesinar, desplazar a comunidades y familias que buscan justicia, luchan por la autonomía y defienden a la Madre Tierra. Los gobiernos sirven al sistema de muerte y las leyes que construyen son contra el pueblo. El sistema de justicia en México está podrido…”
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé De Las Casas
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas,
a 22 de diciembre de 2015.
Boletín No.34
Impunidad a 18 años de la Masacre de Acteal
El cinismo del gobierno de México ante el Plan de Campaña Chiapas 94’
A 18 años de haberse perpetrada la Masacre de Acteal los autores intelectuales y materiales continúan bajo el cobijo de impunidad del Estado mexicano. De administración tras administración los gobiernos han pretendido que esta herida siga profundizándose y niegan su responsabilidad en hechos de crímenes de lesa humanidad, tal como es este Crimen de Estado, en el marco de la implementación de Plan de Campaña Chiapas 94’.
Los hechos sucedidos un día como hoy, aquí en el campamento de desplazados “Los Naranjos”, conocido actualmente como la Casa de Memoria y Esperanza, Sitio de Conciencia, lugar donde se honran a los Mártires de Acteal, quienes fueron ejecutadas extrajudicialemente por el grupo paramilitar priísta que actuaba en el municipio de Chenalhó y zona de los Altos, bajo el financiamiento, entrenamiento y apoyo de funcionarios de los gobiernos municipales, estatal y federal.
Éste suceso de la Masacre de Acteal representa la punta del Iceberg de la contrainsurgencia en Chiapas, fue ejecutado durante el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994–2000), en el que se puso en marcha el Plan de Campana Chiapas 94’. Originando el aumentó con ello de la militarización en el estado de Chiapas y la creación de grupos paramilitares quienes perpetraron numerosas violaciones a derechos humanos como: ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, desplazamiento forzado, tortura sexual, entre otros actos que ejecutaban directamente ante la protección del Ejército mexicano, la policía estatal, y municipal. En éste periodo el General Mario Renán Castillo estuvo al mando de todas las operaciones militares y del adiestramiento, financiamiento y promoción de los grupos paramilitares.
Las entidades federales, estatales y municipales delimitaron su acción para la ejecución de las operaciones del Plan de Campaña Chiapas 94’, logrando con esto el despliegue militar y paramilitar para acabar con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y provocar el terror a la población civil durante el Conflicto Armado Interno aun no resuelto.
Sostenemos que estos hechos cometidos en la Masacre de Acteal no se derivaron por disputas de tierras, control de recursos naturales, intolerancia religiosa o filiación partidista, sino que fue una acción planeada de guerra irregular.
Funcionarios del gobierno mexicano, incluido a Ernesto Zedillo, tenían pleno conocimiento del contexto en Chenalhó, de los hechos previos y del momento en que la masacre se desarrollaba a través de los informes del Ejército mexicano destacamentado en la zona de los Altos, por lo que se constata la participación directa del Estado en la Masacre de Acteal.
El contexto nacional nos indica que la justicia no vendrá de arriba, ni de quienes detentan el poder, ni de quienes que administran los gobiernos, ni de los poderes fácticos, ni de todos aquellos que manipulan, corrompen y son dueños del sistema de justicia en México. Tan sólo hay que ver la actuación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no tiene, ni tuvo la calidad moral para aplicar justicia, sino que libero a los autores materiales de la masacre.
La función de los gobiernos en sus tres niveles es la de gobernar para los dueños del dinero, para quien los sostiene en el poder; por lo que su trabajo es la de encarcelar, torturar, desaparecer, asesinar, desplazar a comunidades y familias que buscan justicia, luchan por la autonomía y defienden a la Madre Tierra. Los gobiernos sirven al sistema de muerte y las leyes que construyen son contra el pueblo. El sistema de justicia en México está podrido.
Sin embargo, el camino para encontrar la justicia digna, duradera y humana está en nuestra capacidad de generar organización contra los oprobios que el gobierno de México sigue cometiendo.
A Nosotras y nosotros el dolor no nos es ajeno, la dignidad de los pueblos conscientes es grande, su arduo compromiso se plasma en el trabajo desde nuestros pueblos, comunidades, organizaciones, colectivos y familias.
Es por ello que decimos que ante la Masacre de Acteal, ante hechos probados y contundentes de la contrainsurgencia, documentada por este Centro de Derechos Humanos, así como de otras organizaciones y de la misma Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y a 18 años de la masacre, las y los sobrevivientes y familiares de las víctimas han reafirmando la vida, desde su lucha pacifica, proceso organizativo y autonomía. La Memoria, Verdad y Justicia son elementos fundamentales y éticos de trabajo diario de Las Abejas de Acteal, de ahí crece su dignidad, que pone en alto a las 45 personas asesinada y cuatro no nacidos el 22 de diciembre de 1997 y a quienes en su caminar van juntando sus dolores bajo estos principios básicos que legitiman a hombres y mujeres que construyen Otra Justicia, otra alternativa de Vida.
En esta Tierra Sagrada de Acteal, espacio de Memoria, Verdad, Resistencia y Rebeldía nos desafían a soñar, trabajar y construir la Justicia que merecemos, la Justicia Digna, Humana y Duradera. Nos desafían a Vivir la Justicia Verdadera, el Lekil Chapanel y Bats’il tusanel.
Fotos: Equipo de comunicación de Las Abejas.