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Iniciaron los trabajos para la conformación del Movimiento en defensa de la tierra, el territorio y por la participación y el reconocimiento de las mujeres en las decisiones. Se realiza en este fin de semana celebrando el día internacional de la mujer (8 de marzo).

Las primera palabras fueron de la doctora Mercedes Olivera, mujer feminista, quién recordó en la inauguración del evento, que este día nace de la lucha emprendida hace siglos por las mujeres obreras por jornadas más cortas de trabajo y por la igualdad en los salarios de hombre y mujeres. A su vez, Alejandra Bonilla, de la Red de mujeres campesinas de Costa Rica, señala que “a diferencia del festejo capitalista del día de la mujer, el cual está vacío de lucha, para las mujeres reunidas en el encuentro, se trata de una celebración colectiva.”

Una de las luchas que convocan al encuentro de estos días es la defensa de la tierra porque, como lo recordó la misma Bonilla, a nivel mundial la mayoría de los alimentos son producidos en pequeños cultivos realizados por mujeres. Otra de las razones para reivindicar la defensa de la tierra tiene que ver con las reformas estructurales realizadas en México en los últimos dos años, las cuales son vividas como violencias en contra de las mujeres, hombres, niños y niñas, y también en contra de las generaciones venideras. Estas reformas, apunto Alma Padilla, coordinadora del Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas, legalizan el despojo y convierten a los espacios de vida (tierra, bienes naturales y espacios sociales) en espacios de muerte. En este sentido, Ema Villalba, abogada agrarista de la Red todos los derechos para todos (Red TDT), recalcó que esa práctica política de voracidad lleva a la humanidad a una catástrofe sin precedentes. El papel de los gobiernos ahí es de gestores concesionarios, en lugar de ser garantes de los intereses de los pueblos.

En más de cuatro horas de trabajo en mesas, organizadas de acuerdo a la región donde viven las mujeres y hombres participantes, se discutió cómo se organizaría y funcionaría el Movimiento. Se partió desde el reconocimiento de que se tiene un enemigo en común: el sistema capitalista neoliberal y patriarcal. En todas las mesas se discutió cuál sería y cómo funcionaría el mecanismo de comunicación. La reflexión en torno a la comunicación partió de la idea de que ésta debe ser horizontal y debe tener una forma de telaraña. En tzeltal se le llama casesel k’op. Las y los comunicadores son quienes escuchan y pasan la voz de los pueblos, es decir que reciben y difunden la información y son también animadores. La comunicación es una forma de organización con ideas e historia. Una de las mujeres de la zona Altos compartió sentirse contenta por tener el encargo de recibir el mensaje y comunicarlo en su paraje.

Al terminar la sesión plenaria de los trabajos en mesa, Alma Padilla explicó que la constitución del Movimiento está precedida por el trabajo realizado por el Comité promotor, conformado por los colectivos del Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas, el mismo centro de derechos, por el Grupo Tierra del CESMECA, la Campaña contra la violencia y el feminicidio en Chiapas (integrado por 10 organizaciones), la Casa de la mujer Ixim Ansetik de Palenque, el Frente Cívico Tonalteco y personas en lo individual. Este comité promotor ahora da paso al Grupo movilizador del movimiento, el cual será nombrado en la sesión del 7 de marzo. Este Grupo cumplirá con el caseselk’op.

En la noche, alrededor de las siete, se realizó una ceremonia maya antes de la constitución del Movimiento. Esta ceremonia refleja el significado del trabajo que “hacemos las mujeres en la defensa de la tierra y de la vida’, explicó Rosa López Sántiz. Fue un tipo de oración por todo lo que las mujeres tienen que enfrentar en la defensa de la tierra, el territorio y su derecho a participar en las decisiones. Cada mujer se ubicó en uno de los puntos cardinales del altar maya, esto de acuerdo a la región en donde viven. Cada una aportó un dibujo, el cual representaba su compromiso con el Movimiento. Al colocarlo en el altar cada una tomo un puño de tierra o semillas, el cual significá la fuerza que toma del movimiento.

Para cerrar la ceremonia, se invitó a cinco acompañantes a firmar el Acta de acuerdo del Movmiento como testigos. Ema Villalba, Alejandra Bonilla, Jorge Santiago, Victor  Hugo López Rodríguez y Mercedes Olivera, quienes dieron su palabra de ánimo. Jorge Santiago reconoció que el Movimiento no sólo nace en el marco del día internacional de la mujer, sino que retoma la herencia de todos los movimientos de mujeres, y es por eso que nace con fuerza.  Ema Villalba y Mercedes Olivera reconocieron que el Movmiento nace de luchas que no tienen fin, y por eso el compromiso con el movimiento pasa por no cansarse, sino “tomar fuerzas de la cabeza, el corazón, el cuerpo y las comunidades”, recalco Mercedes Olivera. Para finalizar la ceremonia, todas las personas presentes, hombres, mujeres y niños se dieron un abrazo colectivo para darse animo entre si y darle fuerza al Movimiento.

La última actividad del día fue la lectura de la Declaratoria del Movimiento. Esta fue trabajada en un encuentro previo, celebrado en noviembre del 2014. El documento actual retoma los aportes de las mesas de trabajo de aquel Encuentro, y será nutrido por las observaciones que hagan las y los integrantes del Movimiento. La Declaratoria final será dada a conocer el 8 de marzo, en el mitin que se realizará al finalizar la marcha por el día internacional de la mujer.

FUENTE: http://www.cdmch.org/

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